Tan malo es querer sentirse deseada? Es estúpido querer resultar atractiva a pesar de los años y la confianza?Por más año que cumplo sigo siendo una mujer que quiere seguir siendo una mujer. Quiero tener ilusión, necesito pasión y emociones que me hagan sentir que sigo viva, que hay algo más que una rutina opresiva en la que se concatenan días y noches, adormeciendo la conciencia. Miedo me da que los años me obliguen a apagar esas ganas. Miedo de solo poder volver a sentirme así, siendo espectadora de la primavera de otros. 

Quiero seguir siendo la mujer que siento que soy.
No quiero perderme en la maternidad ni que la edad me encasille.
Quiero librarme de rutinas adormecedoras, de convecciones inútiles y encorsetadas.
Quiero ser libre, soñar como una niña, seguir amando como una adolescente, mirar al futuro con ilusión sin los miedos  que traen las responsabilidades  y las comodidades.
Vivir y sentir que estoy viva.
Sentir que soy más que una madre  o esposa, más que una trabajadora o amiga, más que una hija o hermana, más que una nuera o cuñada.
Solo quiero ser yo, una mujer en una eterna búsqueda.

Espejos

No sé si alguna vez lo he dicho, pero si lo hice, me reitero: Odio los espejos, sobre todo si son los de algún probador de tienda.
 Mira que siempre que puedo, evito encontrarme en ellos, pues no me gusta nada ver lo que me muestran; no hay nada más cruel que ver tu cuerpo reflejado en ellos.  Y hoy no he podido escapar de encontrarme con uno ...
¡Ay madre! ¿Esa era yo, de verdad? ¿Tan mal me ha tratado el tiempo? ¿ Tanta mella me ha hecho dos partos y el estrés? ¿De verdad tengo tan mala cara? ¿Tanto cansancio reflejo en los ojos? ¿ Y dónde me dejas esas patas de gallo? ¿ Y los pechos? ¿Pero cómo han crecido tanto? y ese color de piel que parezco enferma... ¿Y los pelos? ¿Qué hago con ellos?...
Debería usar caretas donde esconder mi cuerpo tras ropa cuidada y mi cara tras una máscara de maquillaje...Pero esa no soy  yo.
Yo soy la del espejo, la que los kilos cogieron cariño, la que ha vivido y tiene cicatrices, cansada y ajada, mejor vestida que desnuda, pero esa soy yo. Y al que no le guste que mire hacia otra parte.

El rompeolas

Hoy he estado escuchando esa canción, El rompeolas. Y sí, es un buen lugar para irse a olvidar o a pensar. Dejar la mirada pérdida en ese mar que nos anestesia y nos libera.
En mi rompeolas de naranjos y lejanas montañas olvidar no se olvida, pero su poder hipnótico te hace perder en divagaciones transcendentes.

Qué pena que lo bueno dure segundos, los momentos mágicos son suspiros y cuando se rompen no se pueden recuperar.Tonto de aquel que lo intente pues es solo una triste caricatura de lo que fue.
Quédate con el recuerdo, con el sentimiento del momento, guárdatelo como un gran tesoro y no lo vuelvas a mostrar a nadie, sácalo a solas, para ti, para tu gusto, para la única persona que lo valora tal y como es.

Gracias por ese momento mágico que duró segundos. Gracias por mostrarte vulnerable,  encontré a ese alguien que intuía, ese gesto te ha hecho más grande a mis ojos.

Qué difícil me lo pones, necesito saber de ti, verte pero a la vez me duele tanto tu contacto, estar a tu lado y no poder sincerarme. No poder decirte que eres la sombra de una duda, la incertidumbre de años, la historia inconclusa. No sé si eres una realidad o una via de escape a la rutina. Tu influjo me mata, eres una nube en mi felicidad cotidiana. Y tú, sin saberlo, tienes la llave de la paz que anhelo. Tú podrías cerrar uno de los muchos frentes que tengo abiertos y que me desestabilizan. 

¿Y si tienes razón y soy una Hallei, dividida entre el amor de dos hombres, distintos y complementarios?

Quizás te preguntarás por qué ahora y por qué he callado tanto tiempo. Porque estoy cansada de tantos lastres y silencios, porque estoy harta de miedos y quiero ser libre. 

Yo no quiero nada, ni ofrezco nada. Soy fiel y leal a un juramento.

Solo pido sinceridad no la respuesta correcta.

Separaciones

Estoy en una edad en la que muchas parejas deciden separarse, sé que son cosas que pasan todos los días, pero cuando te roza de cerca la miras con ojos cargados de curiosidad, miedo, tristeza... Algunas de esas separaciones eran predecibles desde su inicio, pero otras resultan sorprendentes e inesperadas.

Estas últimas, me hacen pensar, no consigo entender cómo o por qué sucede, cómo alguien que ha sido tu cómplice, tu confidente, tu amante, tu todo de un día para otro es un extraño en tu vida. ¿Cómo se puede romper ese vínculo? ¿En qué momento esa historia cargada de momentos de risas, lloros, ilusiones, enfados, reconciliaciones y mucho amor deja de ser de los dos? ¿Cuándo deja de ser el nexo de unión? ¿Cuál es ese punto de no retorno en el que no hay marcha atrás? ¿Qué hizo cambiar a la persona y dejo de ser la que te enamoró?

Sé que ninguna pareja esta libre de caer, sé que las crisis existen y se sufren, que como la fe, la duda puede asaltarnos y hay que trabajarla cada día. ¿Cuándo deja de merecer la pena seguir luchando?
Nadie nos habla en los cuentos de lo que sucede después de la boda de la protagonista con el príncipe, ni en las películas nos dejan asomarnos a la historia después del beso final. Y nos han enseñado que queremos algo igual, pero en la vida real el matrimonio no es el final ni una luna de miel eterna. Es el principio de un diario, de una rutina en la que es difícil sacar tiempo para el romanticismo, para un polvo o para un simple cómo te ha ido. Y si hay niños ni te cuento...
Pero si a pesar de todo, nos merece la pena ¿por qué hay un día en el que ya no?
Y el día después ¿qué? ¿vacío, soledad, tristeza, fracaso? ¿Cómo dormir sin el calor del otro? ¿se puede volver a vivir sin las manías del otro?